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  • Don Benjamín Maciel Gómez

EL PARQUE APOLINAR CASTILLO


Frente a la iglesia de san Miguel Arcángel (hoy catedral) construida por los indígenas de Ixhuatlán bajo la dirección del sacerdote don Melchor Álvarez Carballo canónigo tesorero de la Catedral de Puebla, y por el Alcalde Mayor don Diego de Granilla y Orejón entre 1702 y 1720, existió una gran explanada que, con el nombre de Plaza de Armas, era el lugar de las reuniones cívicas del pueblo orizabeño.

En el costado sur de la iglesia existió el terreno de una manzana; y la mitad de esa manzana, en su lado Oriente, estuvo ocupada por una hilera de casas bajas dedicadas al comercio. Esta media manzana fue bautizada por el pueblo como “La Manzanita Bedriñana”, en honor de don Gaspar de Bedriñana, un acaudalado filántropo de origen español que, como benefactor de Orizaba, destinó buena parte de sus bienes para obras de beneficio social.

En la otra mitad del terreno, mirando al Poniente, estuvo un pequeño jardín que, a partir de 1847 empezó a ser nombrado El Jardín de los Naranjos, por los árboles de ese fruto que fueron plantados en torno a una fuente central, por órdenes del historiador de Orizaba, don José María Naredo, alcalde de la población ese año. Y este jardín, que también llevó el nombre de Plazoleta de la Parroquia y Plazoleta Suárez, en 1870 fue adornado con glorietas y jardineras y sembrado de altos álamos.

Entre el enrejado de la iglesia y la manzana, a cuyo frente se levantaba el Teatro Llave, construido entre 1855 y 1875, hubo una pequeña calle llamada por la gente del pueblo “La Calle del Reloj”, por un reloj público que, asentado en una columna, existió en esa pequeña calle.

En 1883, antes de ser depuesto por un golpe de estado del Gral. Juan de la Luz Enríquez, el Gobernador del estado de Veracruz, don Apolinar castillo, ilustre oaxaqueño amante y benefactor de Orizaba, ordenó embellecer, entre otras obras materiales, el Jardín de los Naranjos; el cual, a partir del 16 de Septiembre de ese año, último de su gestión, empezó a ser nombrado Parque Castillo, en honor del depuesto gobernador.

El año de 1893 la Manzanita Bedriñana fue demolida desde sus cimientos para ampliar el jardín; pues la antigua Plaza de Armas iba a ser ocupada por el Palacio de Hierro que se empezó a construir en 1892 y se terminó en 1894.

Dentro del Parque Castillo, ya con una superficie de 3,840 metros cuadrados, se inauguró el 16 de Septiembre de 1901 la estatua en mármol del Padre de la Patria, don Miguel Hidalgo y Costilla y en 1902 se levantó el clásico quiosco colonial que da fisonomía a nuestros jardines provincianos.

El día 12 de Abril de 1903, siendo Gobernador del Estado don Teodoro A. Dehesa, Jefe administrativo de la ciudad, don Carlos Herrera y Presidente Municipal don José Landero y Pasquel, se rindió homenaje a los héroes de la Patria con el hermoso monumento tallado en mármol que los representa; y en cuyo pedestal se lee: “A los Defensores de la Patria, 1847-1848”, con otra sentencia de Lucano, en Latín, que dice: “Victrix causa Deis placuit, sed victa, Catoni” cuya traducción ( si no recuerdo mal mi Latín) es la siguiente: “La causa del vencedor (o la victoria) agradó a los dioses; pero los vencidos a Catón. Este monumento fue levantado durante los Juegos Florales organizados por el Gobierno del Estado para este efecto, juegos que fueron presididos por don Sotero Ojeda, progenitor de la rancia familia Ojeda.

En el espacio antiguamente ocupado por la Calle del reloj, a partir de los años cuarenta del pasado siglo XX, existieron las añoradas “neverías del Parque Castillo” que por muchos años fueron el “lugarcito de amor” de parejas de jóvenes enamorados que, ante una copa de nieve o un vaso de refresco, pasaban placenteras horas mirándose mutuamente a los ojos, con las manos entrelazadas.

Con el correr de los años el Parque castillo ha sustituido a la antigua Plaza de Armas para ser escenario de mítines y reuniones del pueblo, y lugar de convivencia de gente de la tercera edad que, como en todos los pueblos del mundo entero, hacen de sus bancas un cómodo y fresco sitio para ver pasar el tiempo y platicar, una y otra vez, sus recueros y andanzas, con sus amigos o compañeros de toda vida.

A partir del año 2008, con el amplio programa municipal de reurbanización general que va convirtiendo a la colonial Orizaba en una moderna urbe, el Parque Castillo también se ha modernizado: con una inversión de $ 2, 698,098.09 del fondo “peso a peso” el día 10 de Junio del año 2009 se hicieron las siguientes obras de restauración y ornato:

• Se cambiaron 2,900 m2 de pisos de recinto volcánico para el cableado subterráneo. • Se rehabilitaron banquetas y guarniciones en vialidades de la periferia del parque. • Se remodeló integralmente el kiosco dotándolo de nueva iluminación. • Se colocaron muros y 38 nuevas bancas alrededor de las jardineras sembradas, con verdadero buen gusto, de plantas y flores multicolores, reubicando estéticamente algunos árboles. • Se hizo una ampliación de 62 mt2 para salida hacía el Teatro Ignacio de la Llave con rejillas para el agua pluvial dentro de las banquetas con registros y bases nuevas de iluminación. • Se abrió nuevamente a la circulación la antigua Calle del Reloj.

Foto: El Jardín de los Naranjos y la Manzanita Bedriñana

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