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Don Benjamín Maciel Gómez

Los antiguos hoteles de Orizaba


​​Orizaba, a diferencia de otras ciudades, no nació a la orilla de un gran rio ni en torno a una iglesia con su plaza principal. Nació a la orilla de un camino (la Calle Real) frecuentado por itinerantes, viajeros y comerciantes en su paso de las costas veracruzanas a la capital del virreinato.

La benignidad de su clima, sus abundantes recursos y su estratégica ubicación a medio camino del largo trayecto, muy pronto la convirtieron en un necesario lugar de descanso.

Esta circunstancia y la numerosa afluencia de connacionales y extranjeros por la industrialización porfiriana de finales del siglo XlX y principios del XX, incrementó la necesidad de lugares de alojamiento y reposo.

En las últimas décadas del siglo XlX Orizaba contaba con los siguientes hoteles y lugares de alojamiento: El Comercio, Antiguo san Pedro, Colón, Achotegui, Hotel Central, Hoteles Borda y Diligencias Unidos y Grand Hotel de France.

Según el historiador Naredo en su Ensayo de una Historia de Orizaba, en todos estos hoteles la clientela era esmeradamente atendida: “Por dos pesos diarios se ofrecía: cuartos decentemente amueblados, desayunos de chocolate o café con leche, mantequilla fresca y abundantes biscochos, almuerzo de 7 platillos al mediodía y otros tantos en la comida o cena, de las 6 de la tarde en adelante.

El Comercio, el Antiguo san Pedro, Colón y el Achotegui (este último alojado, según antiguas fotografías, en los viejos edificios del ex Asilo Fray Bernardino, junto al puente de la Borda) eran realmente casas de asistencia. Los hoteles más grandes: El Hotel Central, los Hoteles Borda y Diligencias y el Grand Hotel de France, ocuparon tres de los hermosos edificios que, hasta la fecha, dan fisonomía a la colonial Orizaba.

El Hotel Central

El Hotel Central estuvo alojado en un antiguo y hermoso edificio que, afortunadamente, hasta la fecha está en pie en la esquina norte que forman las calles de Poniente 7 y Sur 2, antiguas calles La Borda y Santa Rita.

Este edificio perteneció a una rancia familia orizabeña de apellido Bringas, cuyos distinguidos miembros desde el siglo XVIII, primero como cosecheros de tabaco y después como hacendados fabricantes de aguardiente, como comerciantes y como propietarios de fincas rústicas y urbanas, fueron parte importante del progreso y renombre de la Orizaba de antaño.

En la parte superior del edificio (como lo muestra la foto anexa) estuvo instalado el Banco Central y en la parte inferior, una famosa cantina que, desde su apertura en 1868, hasta su clausura en 1940, llevó el nombre de “La Estrella de Oro”

Durante su larga vida fue una cantina de las más importantes de la región por sus finos vinos importados y por sus atractivas instalaciones con juegos de bolos y mesas de billares.

El Hotel Diligencias.

En la misma esquina formada por la Calle de santa Rita y las antiguas calles Real o Principal, (llamadas después Reforma y Libertad) sobre la misma acera donde se ubicó el Banco Central, estuvo el hermoso edificio (hoy desaparecido) del Hotel Diligencias.

Este hotel que llevó el nombre de Diligencias porque fue paradero o terminal de todas las diligencias, propiedad de los hermanos Antonio y Manuel Escandón, que, a falta de otros medios de transporte, se utilizaban para largos viajes a diferentes lugares del virreinato.

En el mismo edificio estuvo también el Hotel de la Borda, que, andando el tiempo, se fusionó con el Diligencias adoptando el nombre de Hoteles Borda y Diligencia unidos para dar servicio por más de una centuria.

Algunos historiadores han puesto en duda que el Hotel Diligencias haya existido desde mediados del siglo XIX; pero en los últimos cuatro años de ese siglo, vivió en Pluviosilla Don Leandro J. Cañizares, un escritor cubano de excelente y agradable estilo. Enamorado de México: pero sobre todo, de la Señorial Orizaba, en 1943 a 50 años de distancia, volvió a esta ciudad para escribir sus memorias de los años que vivió en Orizaba, como testigo presencial.

En el capítulo VI de su libro “Mis Recuerdos de México 1896-1900”, dedicado a Orizaba, se lee la siguiente nota sobre el hotel Diligencias:

“La ancha calle en la que el ómnibus me dejó, la Principal de antaño, es en el día (1943) Oriente 6 y Poniente 7, según la zona que se recorra, y está hermoseada en casi toda su extensión por estrechos y elegantes arriates con césped y airosos arbustos.

Lo primero conocido que vi fue el viejo Hotel Diligencias, que continuaba llamándose así y que muy pocas alteraciones ha tenido en su exterior y aun en su interior, circunstancia que pude advertir, porque allí mismo me hospedé,...Antiquísimo es este hotel. Ya en 1859 lo menciona Juan Martínez Villegas en su libro “Viaje al País de Moctezuma” publicado aquí...Antes de existir el Ferrocarril Mexicano, inaugurado en 1873, era el lugar de parada de las diligencias que hacían camino de Veracruz a Orizaba y aún a México y Veracruz...”

El testimonio de Leandro J. Cañizares como testigo presencial, es claro y contundente: pues afirma que él se hospedó en el mismo hotel en 1896 y 1943 y que ese hotel (el Diligencias) en casi 50 años tuvo “muy pocas alteraciones en su exterior y aún en su interior”

Por el “Directorio de Orizaba y su Sanatorio” del Dr. Gregorio Mendizábal, publicado en 1908, sabemos que los propietarios del Diligencias, asociado con el Hotel De la Borda bajo el nombre de “Hotel Antiguos “Borda y Diligencias Unidos” ese año, eran los señores Blas y Juan Cernicchiaro; y por el Sr. Cañizares sabemos también que, en 1943, el “propietario o gerente “lo era el Sr. Don Luis Ortega.

En consulta telefónica a la Srita. Concepción Ortega, hija de Don Luis, nos manifestó que su padre alquilaba el Diligencias y que, en 1945, dejó de hacerlo definitivamente. Parece ser que, por esas fechas, el dueño de este antiguo hotel fue un señor de apellido Capitanache.

El último propietario de las supuestas ruinas del Diligencias fue el Sr. Fermín Diez, quien las vendió antes de 1968 para edificar en ellas una fea sucursal del Banco de Comercio.

Muchos orizabeños deploran la destrucción de este hermoso edificio colonial el cual fue demolido, supuestamente, por estar en ruinas. Esto último es de dudarse por el testimonio del Sr. Cañizales quien, en 1943, escribió que ese año “muy pocas alteraciones ha tenido en su exterior y su interior.

El Grand Hotel de France​​

Localizado en la esquina que forman la calle Sur 5 y Oriente 6, (antiguas calles de san Miguel y 3ª. de Principal) fue fundado entre 1898 y 1899 por un antiguo cocinero parisino de nombre D. Luis Leroy.

Este hotel, que hasta la fecha perdura proporcionando muy buen servicio, contaba con 30 habitaciones con vista a la calle principal y comedor en la planta baja; y entre su personal se desempeñaba un empleado políglota que hablaba 7 idiomas.; empleado se encargaba de recibir en los andenes del Ferrocarril Mexicano a los distinguidos viajeros que, de diferentes países europeos visitaban la ciudad.

El Hotel De France, nombre impuesto por el gusto afrancesado, muy en boga en la época porfiriana, con sus habitaciones distribuidas en arquerías que rodean un patio central, y adornado profusamente con plantas y pajareras, fue un hotel de postín. Lugar de reunión de lo más granado de la sociedad orizabeña, su cocina servía banquetes a los miembros pudientes y connotados de la clase alta de una sociedad que disfrutaba el auge y riqueza aportados por, la mundialmente conocida “Manchester Mexicana”

Imágenes: Hoteles Diligencias, Central y France

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