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  • Don Benjamín Maciel Gómez

El escudo de Orizaba


Entre los enconados enfrentamientos que, por largos años, sostuvieron los cabildos de naturales y de españoles, el pueblo de Orizaba obtuvo, por dos ocasiones, el importante título de Villa.

Sin embargo, el Conde del Valle de Orizaba y el Marqués de Sierra Nevada, grandes terratenientes, dueños de casi todas las tierras que conforman el valle, viendo afectados sus intereses, interpusieron sus influencias, hasta lograr ocultar estos nombramientos que la Corte Española había otorgado al pueblo; privándolo, de este modo, de la importancia y prerrogativas que este importante título llevaba inherentes.

Por ello los naturales, con sus propios recursos, nombraron al Sr. Roque Torrejón como su apoderado en Madrid, para hacer nuevamente las gestiones correspondientes; y como resultado de estas gestiones el 27 de Enero de 1774, la Corte Española expidió la Cédula Real a favor del Pueblo de Orizaba dándole el esperado título de Villa.

Tan magno acontecimiento fue festejado en grande por todo el pueblo durante diez días in interrumpidos: Construyeron una plaza para las corridas de toros que fue reputada entre las mejores del reino. Hicieron 6 corridas: dos cada tercer día; hubo iluminación general, fuegos artificiales, repique de campanas, guirnaldas y flores vistosas, adornos en las casas consistoriales con la imagen del Monarca Carlos III al frente, música, misas de tres ministros, etc. etc.

Dos años después, el 18 de Diciembre de 1776, el Rey Carlos expidió a favor de la nueva villa, el correspondiente escudo de armas “que va al frente de esta obra y el derecho de usar estandarte y otras prerrogativas” como reza la cédula real.

El escudo, sostenido por un águila coronada, está dividido en cuatro cuarteles: en el primero y segundo superiores hay cinco estrellas en campo azul y un árbol en campo de oro respectivamente.

En los dos inferiores, un león rampante y un navío en campo azul. Rodeando el escudo un listón o divisa estampado en rojo, con la siguiente leyenda: Benigno el Clima, Fértil el Suelo, Cómodo el Sitio y Leal el Pueblo y en el centro del escudo, el emblema de los soberanos de León Castilla.

En el primer cuartel la constelación de la “La Cruz del Sur” representa la benignidad del clima de Orizaba. Esta constelación, en el escudo, está formada por 5 estrellas con seis rayos o puntas que salen, en cada una, de dos triángulos ocultos, apuntando la punta superior, a lo más alto, para simbolizar la trascendencia, hacia lo divino, de toda la humanidad.

La fertilidad del suelo, en el segundo cuartel, está simbolizada por un altivo roble, en campo de oro, que da a entender el generoso don forestal que el benigno clima y las abundantes aguas, dan al risueño valle donde se asienta la nueva villa.

En el tercer cuartel, para significar la lealtad del pueblo aparece la figura que en todas las mitologías y religiones simboliza la nobleza, la majestad y la lealtad por excelencia: un león rampante.( León de Babilonia, León de Judá, León de san Marcos).

En el cuarto cuartel “Cómodo el Sitio” un galeón con las velas recogidas es inequívoco símbolo de estar ya seguro en un cómodo puerto, después de larga y penosa travesía a través de la historia.

Al centro del escudo, el emblema de los soberanos de Castilla y León y el águila coronada que sostiene el escudo, son símbolo de la protección imperial a este pueblo que formó parte de “un imperio donde no se ponía el sol”.

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