ORIZABA Pinceladas de su historia La Fábrica de Fibras Duras Santa Gertrudis “El Yute”
Al Sureste de la ciudad, en el antiquísimo punto conocido como Barrio Nuevo, en 1892, un inversionista inglés de nombre Alejandro Kinnel, al que se unieron más tarde el Sr. Weetman D. Pearson y la familia del Sr. Guillermo Landa y Escandón, fundó con un capital de 152,740 libras, la Fábrica de Fibras Duras Santa Gertrudis.
Esta fábrica, que tomó su nombre de la cercana capilla dedicada a esta santa, se asentó sobre una inmensa y bella planicie que termina abruptamente en la profunda barranca de los ríos Orizaba y Blanco.
Las fibras duras que su maquinaria convertía en variados artículos para el comercio y la industria, fueron el yute, el ixtle y el henequén.
El yute, fibra sacada de la corteza interior de una planta liliácea del Indostán, el ixtle y el henequén, cultivados en los ya empobrecidos campos de San Luis Potosí y Yucatán, fueron la materia prima de esta industria que por más de 50 años elaboró los productos que, en la “Era del Plástico”, se vieron eliminados por las fibras sintéticas que nos da el Oro Negro.
La Fábrica de Fibras Duras Santa Gertrudis, que todos los orizabeños han conocido como “El Yute”, utilizó en Orizaba, por primera vez, la energía hidroeléctrica producida, para su consumo, por su propia Planta Hidroeléctrica de Barrio Nuevo.
Esta planta cuyas turbinas son movidas por el impetuoso paso de las aguas y que aún se conserva en operación, se asienta en el cañón del río y apenas se deja ver entre una tupida alfombra de flores silvestres y una impenetrable capa del verde en todos sus matices.
El acceso a sus instalaciones, enclavadas muy cerca de la hermosa cascada del Elefante, es el ancestral y turístico paseo de “Los 500 Escalones”
En 1950 esta planta que fue inaugurada por don Porfirio Díaz el 13 de Diciembre de 1894, después de una huelga de su sindicato y por la falta de demanda de los productos de yute, (como ya se apuntó), silenció para siempre su maquinaria; y sus inmensas naves, vacías, fueron alquiladas como bodegas de envase a la Cervecería Moctezuma.
“El Yute” tuvo también un extenso y muy bien cuidado campo de golf que hasta después de ser clausurada la fábrica, siguió funcionando para los miembros del selecto “Club de Golf Santa Gertrudis”.
El año de 1999, un grupo de inversionistas a cuyo frente estuvo el Ing. Luis Gutiérrez Príncipe, compró el campo de golf y las vetustas y abandonadas paredes de las grandes naves; paredes sin techos que, con nostalgia y tristeza, pretendían ser testimonio de sus pasadas glorias.
En la vasta extensión que por más de media centuria ocupó una industria que por desgracia perdió para siempre Orizaba, la Cía. Constructora está levantando un elegante complejo habitacional llamado “Santa Gertrudis.
Imagen: Fabrica Santa Gertrudis .1895