top of page
Don Benjamín Maciel Gómez

Cia. de Mármoles Mexicanos


En el antiguo pueblo de Ostotipac (hoy Nogales), sobre el camino a Huiloapan, canteros venidos de la región toscana de Italia, hacia 1892 construyeron el aserradero de mármol “Cía. de Mármoles Mexicanos”

En un polígono de 8,000 metros cuadrados se levantaron, sobre postes de fierro, las estructuras del aserradero, techadas con láminas del mismo material, para dar asiento a” modernos” aparatos para aserrar y lustrar bloques de más de 20 toneladas de peso de mármoles nacionales y extranjeros.

Con 8 tornos y 70 sierras de diferentes tamaños se cortaban piezas de más de un metro de diámetro que se tallaban y lustraban con aire acondicionado para hacer molduras y diferentes piezas de construcción y ornato.

En la región, del Cerro del Borrego se extraía el mármol negro, reputado como el mármol negro más fino por su textura y falta de granos; del cerro de Escamela extraían el mármol gris y de Tenango el mármol color madera.

Del estado de Oaxaca el aserradero traía los mármoles más hermosos; y del extranjero: el blanco Carrara, de Estados Unidos y el mármol rojo del continente africano.

Con 100 operarios, todos mexicanos, la Compañía de Mármoles Mexicana, que llegó a ser de las más importantes a nivel nacional, fabricó las monolíticas columnas de más de 6 metros de largo y con peso de “mil arrobas” cada una, para el altar mayor de la Colegiata de Guadalupe; y el hermoso altar mayor del templo de San Felipe de Jesús en la capital del país; además de los interiores y las fachadas de las mansiones y monumentos sepulcrales de la clase adinerada de aquella época, como el sepulcro de D. Manuel Romero Rubio, que, a decir de Naredo, tuvo un costo de 28,000 pesos duros.

Imagen: Cia. de Mármoles Mexicanos

Featured Posts
Recent Posts
Search By Tags
Follow Us
  • Facebook Classic
bottom of page