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Don Benjamín Maciel Gómez

Orizaba Pinceladas de su historia ¿Quién fue don Antonio de Sesma y Alencaster?


Don Antonio de Sesma y Alencaster fue un orizabeño ilustre: ilustre por su linaje e ilustre por sus acciones en favor de la Independencia de México.

Nació en Orizaba el de 21 de abril de 1754 y murió en Orizaba el 16 de febrero de 1830.

Fue descendiente directo de los Marqueses de Sierra Nevada: don Domingo Ruiz de Tagle, y doña Ana Bretón, Fernández del Rodal, Tercera Marquesa se Sierra nevada.

Don Domingo Ruiz de Tagle fue dueño de casi todas las tierras donde se asienta la actual Orizaba por un decreto de Felipe V, rey de España, del día 9 de octubre de 1708, marquesado que le fue otorgado "por su desempeño en la milicia y por pertenecer al prestigiado clan Sánchez Tagle".

Don Domingo murió en 1717 después de un tercer matrimonio con doña Ana Bretón, heredando a su viuda el marquesado con el título de Tercera Marquesa de Sierra Nevada.

La viuda, doña Ana Bretón se volvió a casar; y esta vez lo hizo con don Fernando Noroña y Alencaster de quien tuvo tres hijas: María Lucrecia, María Antonia y María Clara.

Lucrecia y María Clara renunciaron a su título de nobleza y se refugiaron en un convento y la segunda hija, María Antonia, contrajo nupcias con don Miguel de Sesma y Escudero, Coronel de Dragones, corregidor de México e intendente de Coahuila, del cual tuvo tres hijos: María Jacinta, Antonio y Micaela.

María Antonia Noroña Alencaster Bretón Fernández, madre de don Antonio, murió en 1772 y en 1773 murió su abuela, doña Ana Bretón quien, antes de morir, heredó su título nobiliario, según unos historiadores, a don Antonio de Sesma y Alencaster y según otros cronistas a su hermana Jacinta, porque fue ella quien pagó "las lanzas y media anata que adeudaban al cognomento” (sic).

A la muerte de su abuela, don Antonio salió de Orizaba para radicar en la vecina población de san Andrés Chalchicomula en el Estado de Puebla, donde contrajo nupcias con Joaquina Sesma y Escribano de la tuvo 14 hijos, entre ellos, Ramón y Miguel Sesma, quienes, en 1811, al igual su padre Antonio, se incorporaron a la Insurgencia cuando el General Morelos estableció en san Andrés su cuartel general.

En un solar, a espaldas de la parroquia de san Andrés, construyó don Antonio una casa que sirvió de cuartel insurgente para alojar a los generales Morelos y Matamoros, cooperando económicamente entre 1812 y 1821 a la causa de la Independencia, para alimentos y pertrechos de guerra.

Este orizabeño ilustre, olvidado injustamente no sólo por la Historia de Orizaba sino también por la Historia Patria, que perdió en la insurgencia a sus hijos Ramón y Miguel Sesma, fue Intendente del Ejército, y comisionado por el General Morelos para administrar el puerto de Acapulco cuando el puerto fue tomado por los insurgentes.

Don Antonio Sesma fue diputado en Puebla al Congreso de Apatzingán, y como diputado contribuyó, ideológicamente a la “Constitución de Apatzingán”. Fue también destacado ideólogo del Decreto Constitucional para América Septentrional del 24 de junio de 1814.

Tras la derrota de Juan Nepomuceno Rossainz en la que participó, don Antonio fue hecho prisionero y el 5 de noviembre de 1815 escapó de la prisión para continuar la lucha, hasta la consumación de la Independencia.

En Orizaba, su ciudad natal, frente a la casa solariega de sus padres (hoy Cuartel de san Antonio) la Marquesa, su madre, inició la construcción de la iglesia de san Antonio, dedicada a su santo patrono; pero con su muerte la obra quedó inconclusa.

Años más tarde, don Antonio de Sesma y Alencaster, ordenó la conclusión del templo, el cual fue terminado y bendecido solemnemente, el día 25 de Julio de 1813, siendo su primer capellán el Pbro. D. Mariano Buenabad y el segundo, el sacerdote D. Pablo Barrientos.

En Junio de 1823, antes de partir España , don Antonio cedió la capilla al “Ilustre Patronato del Ayuntamiento con el solar que está a sus espaldas y la cantidad de $4,000.00 fincados para su subsistencia” con la encomienda de procurar siempre el culto a san Antonio de Padua.

El templo, según el Sr. Naredo, “era un verdadero relicario” con altares y bóvedas de ricos relieves de blanco y oro y de estuco sobredorado que, el lluvioso clima de Orizaba, en pocos años deterioró. La capilla, ante la falta de capellanes, pronto llegó a quedar casi en ruinas por lo que, los habitantes del barrio de Ixhuatlán ayudados por el resto de la población, la reconstruyeron cercando su atrio que estaba sembrado de frondosos álamos con su cementerio anexo, con el barandal de hierro que conserva hasta nuestros días.

El honor que la Historia le ha escamoteado al ilustre orizabeño, olvidado aún por sus coterráneos, lo rescató el municipio de san Andrés Chalchicomula. El 31 de agosto de 1910, para perpetuar su memoria y agradecer sus acciones comunitarias, modificó su nombre para ser conocido, oficialmente, como Chalchicomula de Sesma, en honor de los insurgentes Antonio de Sesma Alencaster y sus hijos Ramón y Miguel Sesma y Sesma. __________________________________________ Fuentes de información: Dr. Héctor Trejo Huerta .Tesis para el doctorado en Historia y Etnohistoria y Benjamín Maciel Gómez en su libro “Orizaba, páginas sueltas de su historia”

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