El ferrocarril Mexicano y los hermanos Escandón
Don Manuel Escandón Garmendia y don Antonio Escandón Garmendia, el primero orizabeño y el segundo poblano, fueron hijos de un comerciante asturiano de nombre Pablo Escandón Cavandi que llegó a México en 1770 y contrajo nupcias con una acaudalada dama de nombre Guadalupe Garmendia Mosquera perteneciente a una familia radicada en Orizaba y beneficiada con el estanco del tabaco.
El matrimonio de su padre Pablo con la acaudalada madre Guadalupe fueron base de la fortuna que los hermanos Escandón amasaron durante las primeras décadas del siglo XIX. Don Manuel como concesionario y dueño de las diligencias que, teniendo su base en el Hotel Diligencias de Orizaba eran único transporte generalizado hacia la capital el virreinato y los dos hermanos, con la compra que hicieron, entre otros negocios de la fábrica de Cocolapam instalada en 1836 por don Lucas Alamán.
En 1830 el Ing. D. Lucas Alamán Ministro de Relaciones por segunda vez de Antonio López de Santa Anna, fundó el Banco Avío con un capital inicial de un millón de pesos. Este banco fue el motor que impulsó la industrialización del país en la República Restaurada pues, financiadas por él, se establecieron grandes industrias, principalmente textiles en Orizaba, Querétaro, Celaya, Puebla, Tlalpan en el D.F. y Cocolapam en Orizaba (instalada por el propio Lucas Alamán); y para 1843 ya existían en la república 59 fábricas de hilados y tejidos de telas de todo tipo que, bajo el Gobierno de don Porfirio Díaz, llegaron a su máxima productividad.
En cuanto al ferrocarril Mexicano, el 22 de agosto de 1837, bajo la administración del presidente Anastasio Bustamante, fue otorgada al empresario Francisco Arrillaga, Ministro de Hacienda después de la caída de Iturbide, la primera concesión para construir un ferrocarril del puerto de Veracruz a la ciudad de México.
Este proyecto no prosperó por el descrédito de Arrillaga en labios de sus detractores. La segunda concesión fue otorgada por el nefasto Gral. Santa Anna en 1842 inaugurando, 8 años después, un tramo de apenas 11 kilómetros entre del puerto de Veracruz y El Molino tramo en el que la locomotora “la Veracruzana”, construida en Bélgica arrastró a los vagones a la increíble velocidad de 40 kilómetros por hora.
Hacia 1853 la construcción que ya resultaba lenta, pasó a las manos de John Laurie Rickars con los mismos resultados de abandono; hasta que, dos años después, en 1855, Santa Anna expidió un decreto presidencial otorgando la concesión a los hermanos Miguel y Leandro Mosso, quienes se encargaron de construir el ferrocarril de Rio San Juan, Veracruz, a puerto de Acapulco, pasando por la ciudad de México.
Los trabajos del Ferrocarril Mexicano continuaron bajo esta concesión y en 1857 ya se tuvo el primer recorrido dentro del Distrito Federal de Tlaltelolco a la Villa de Guadalupe. El recorrido, conducidos los carros por la locomotora “Guadalupe” de origen inglés, fue inaugurado por el Presidente Comonfort el 4 de julio de ese año.
En 1856 la concesión fue vendida a los hermanos Escandón quienes adquieren también del gobierno mexicano, el tramo de Veracruz a Río San Juan y el Presidente Comonfort les otorga en 1857 la esperada concesión Veracruz-México. Bajo la concesión a los Escandón el ingeniero norteamericano Andrew Talcott inició los trabajos de exploración de la ruta más apropiada por Córdoba y Orizaba mientras el ingeniero Pascual Almazán lo realizaba por Xalapa.
A pesar de que la ruta por Xalapa era la más viable se optó por Córdoba.
Imágenes: Puente del Toro-Cocolapam en 1848- Vista aérea de Cocolapam