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  • Don Benjamín Maciel Gómez

Orizaba Pinceladas de su historia Antiguos nombres de sus calles


La Calle de la Santa Escuela (Poniente 3 y Oriente 2)

1ª a 6ª Calles de la Santa Escuela 6ª Calle de Bringas 1ª a 3ª Calles de Montiel

El acendrado espíritu religioso, presente en la vida diaria de casi todas las clases sociales de la católica villa de Orizaba del siglo XIX, impulsó a muchos orizabeños a construir las numerosas iglesias y templos que le dan fisonomía a nivel nacional.

Este espíritu lo alimentaban tratando de vivir su fe dentro de grupos y asociaciones católicos que, además de estrechar los lazos que los unían, los impulsaban también a la acción religiosa y comunitaria.

El 11 de julio de 1808 un grupo de 45 prominentes orizabeños formaron una comunidad con el nombre de “Hermandad de la Santa Escuela”, teniendo como “padres de obediencia” a dos virtuosos sacerdotes de la Comunidad de san Felipe Neri: los sacerdotes José Ignacio Álvarez y Juan Macario Mendoza Moctezuma, sacerdote, este último, descendiente en línea directa del emperador Moctezuma II.

Para sus reuniones y prácticas religiosas los miembros de la Santa Escuela se reunían en la primitiva iglesia del Señor del Calvario, que pertenecía a los indígenas; y para sus funciones litúrgicas más importantes se reunían en la parroquia de san Miguel (hoy catedral), también propiedad de los naturales.

Los indígenas vivieron siempre en un barrio aparte (Ixhuatlán) con desconfianza y resentimiento contra sus antiguos opresores, y sólo de mala gana los toleraban en las bancas de sus templos sin perder ocasión de demostrar su inconformidad por su molesta presencia, llegando al extremo de interrumpir sus retiros nocturnos prendiendo las luces del templo y tocando el órgano para celebrar el bautizo de algún niño indígena . Consciente de esta rivalidad el Sr. cura don Joaquín Palafox y Hacha en un informe a la Sagrada Mitra del 3 de febrero de 1809 aconsejó, lo siguiente:

“Traten de hacer los hermanos de la Santa Escuela, con las licencias necesarias, una nueva capilla para la Santa Escuela que esté enteramente libre del dominio de los indios y no tenga conexión con ellos”

Fue así como, a partir del 5 de enero de 1810, nació esta bella joya de la arquitectura colonial que, tras muchas vicisitudes por las desastrosas luchas insurgentes, fue asiento definitivo de los miembros de la Santa Escuela hasta el 31 de agosto de 1828 sin terminar por completo la bóveda de la sacristía, las torres y el pórtico donde debía ponerse el coro.

Su inauguración fue el año siguiente (1829) por un decreto del Sr. Obispo de Puebla, don Antonio Joaquín Pérez; y a partir de esta fecha a la iglesia y calles donde fue construida, el pueblo las “bautizó” como iglesia y calles de la Santa Escuela.

Estas calles que son actualmente la Poniente 3 y la Oriente 2, antes de 1810 carecieron de nombre y sólo eran conocidas como “la calle que viene del río a la pared del convento del Carmen” pues hacia el oriente terminaban, precisamente, en el extenso huerto de los frailes carmelitas.

Antiguamente las calles muy largas se dividían en varias partes con diversos nombres. A la 6ª parte de esta calle se le llamó Calle de Bringas, en honor de don Diego Bringas de Manzanedo, benefactor de Orizaba; y quien fuera parte importante en la construcción del convento del Carmen.

En la casa solariega de don Diego Bringas, que estuvo localizada en la esquina de las antiguas calles de Santa Rita y Real Nueva o Principal (Sur 2 y Poniente 7) se hospedaba el Archiduque de Austria, Maximiliano de Hamburgo, cuando venía de descanso a la villa de Orizaba.

De estas Calles de la Santa Escuela, después de la Guerra de Independencia, sus tres primeras partes fueron llamadas Calles de Montiel para honrar al patriota orizabeño don Miguel Montiel, quien al lado de Miguel Moreno y de los curas de Maltrata y Zongolica, don Manuel de las Fuentes y don Juan Moctezuma Cortés, lucharon en 1812 contra la ocupación española. El 25 de mayo de 1910, según actas de Cabildo de esa fecha, el nombre de las Calles de la Santa Escuela fue cambiado por el de Calles de la Independencia, con motivo del centenario de nuestra gesta libertaria.

4ª a 7ª Calles de Las Tres Cruces La Gloria escondida (Norte 6 – Sur 7)

En la alta fachada de la casa cural de santa María de los Siervos, existió un nicho con tres cruces que captaban la devoción de los fieles en el rezo del Vía Crucis público. Este se hacía, antes de la fundación del convento de san José de Gracia, partiendo de la parroquia, para terminar en el Calvario, pasando por santa María.

A la 1ª de estas calles se le llamó, algunos años, Calle de Sánchez Oropeza en honor del fundador y primer rector del Colegio del Estado.

De estas tres cruces tomaron su nombre las actuales calles Norte 6 y Sur 7 que en su prolongación hacia el norte fueron la 1ª a 11ª Calles de Puerta Grande y hacia el sur Calles de la Gloria Escondida.

Una poza o baño que existió al final de estas últimas calles, hizo que se llamaran Calles de la Gloria Escondida que era el nombre que daban a la poza.

Más tarde a la primera de esas calles (Norte 6 y Sur 7) se le llamó Calle de Argüelles, en honor de don Manuel Montes Argüelles, orizabeño signatario del Acta de Independencia; y desde principios del pasado siglo XX llevaron el nombres de Gabino Barreda.

1ª a 11ª Calles de Puerta Grande 1ª. Calle de Mendoza (Norte 6)

A la primera de las once Calles de Puerta Grande (Norte 6) se le llamó 1ª Calle de Mendoza, en honor de don Manuel Mendoza, descendiente directo de don Antonio de Mendoza Moctezuma y Austria, indio con título de nobleza y escudo de armas otorgados por Felipe II por sus relevantes méritos ante el virrey don Luis de Velasco. Don Manuel Mendoza fue el último cacique o Gobernador de la República de Naturales de san Miguel Ixhuatlán. En el primer cambio de nombres las calles de Norte 6 se llamaron Calles de Gabino Barreda, como quedó apuntado líneas arriba.

1ª a 5ª Calles de San Cristóbal (Poniente 11)

Un antiguo molino que llevaba el nombre de san Cristóbal en esa calle y que después fue tejería con el mismo nombre, hizo que estas calles fueran conocidas como Las Calles de San Cristóbal. En el cambio de nombres de la primera década del siglo XX se les empezó a llamar Calles de Gutiérrez Zamora.

Imagen: Calle de la Santa Escuela

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